Orgonitas RoVin es un proyecto artesanal que surge con el propósito de aliviar los efectos de la electrosensibilidad e hipersensibilidad electromagnética (HSE) que sienten muchos seres humanos al exponerse a campos de radiación no ionizante de forma continuada, como son las ondas de móviles, aparatos electrónicos, microondas, electrodomésticos, ordenadores, tablets, TV, radio y señales wifi o bluetooth, pulsos de onda emitidos por las torres de telecomunicaciones, tecnologías inalámbricas y campos magnéticos provocados por líneas de electricidad que, aparentemente, implican pocos riesgos para la salud o eso nos dicen de momento.

Se han investigado los campos de radiofrecuencia y hay un acuerdo en que la radiación no ionizante, a las intensidades a las que estamos expuestos, no altera químicamente la materia, aunque parece que no es así para todos -y este es mi caso y el motivo por el que surge el impulso de descubrir el antídoto más efectivo a este mar de campos electromagnéticos (CEM) a los que estamos sometidos a diario- con efectos físicos y psicológicos palpables.

La electrosensibilidad no es una enfermedad reconocida por la OMS pero sí por algunos jueces, ya que hay efectos en la salud que se pueden ocasionar por la exposición a largo plazo de campos electromagnéticos de baja frecuencia. Aquellos campos electromagnéticos que estén o superen una frecuencia de 50 Hertzios (50 Hz), ya generan cierta preocupación por los posibles efectos nocivos para la salud humana aunque no se especifica.

Cuando se habla del síndrome de hipersensibilidad electromagnética, se trata de un trastorno incapacitante y desconocido, aunque va en aumento la frecuencia de personas que la padecen. y por el que se siente malestar, con multitud de sintomatología asociada, aunque la ciencia no pueda precisar el motivo.

Entre los síntomas destacados está el dolor de cuello, músculos del trapecio, espalda, alteraciones oculomotoras, sensación de inestabilidad o mareo, fatiga crónica o insomnio, ansiedad, depresión, incluso pérdida de libido, irritación de la piel o las mucosas, dolores de cabeza y alteración de la concentración.

El problema es que, esta sociedad no ha llegado al punto crítico porque interesa más el beneficio que el perjuicio que puede generar este tipo de tecnología.

Una persona con síndrome de sensibilidad electromagnética es consciente de su dolencia asociada a los campos electromagnéticos, en cuanto que mejora notablemente al alejarse del foco de emisión de radiación.

Aceptamos y valoramos en positivo el desarrollo y el progreso que supone en muchos campos la implementación de estas tecnologías, aunque pensamos que falta información real sobre sus efectos, ya que cada vez afecta a más gente y puede llegar a ser un problema de salud -activado por un factor medioambiental- que implica una mayor reivindicación de espacios libres de contaminación electromagnética.

Orgonitas RoVin es un proyecto artesanal que surge para ayudar al ser Humano y cualquier ser vivo a mejorar su salud.

Se han creado estos maravillosos artefactos de estructura compacta y elaborados con tres materiales básicos -aluminio, cuarzo y resina- para desarrollar su capacidad de atraer, acumular y ordenar la energía que genera contaminación electromagnética presente en el entorno que habitamos.

Por su carácter piezoeléctrico se generan electrones que transforman las ondas desordenadas en ondas vitales positivas.

Creemos en el uso de la tecnología para hacer el bien y este es nuestro compromiso con los seres vivos y nuestro planeta.

Son fabricadas a mano. El objetivo es que funcionen de la mejor forma posible y para ello la resina debe catalizar a alta velocidad de forma que se contraiga más de un 15% y active al máximo la propiedad piezoeléctrica de su interior.

Este proceso bien realizado implica alta temperatura, grietas y forma desigual. Lo que hace que cada pieza sea única e irrepetible.

Al catalizar rápido puede que en las orgonitas-electronites el acabado no sea homogéneo. Es mucho más que una pieza decorativa e intentamos que no se pierda su rendimiento.

Cada pieza es única y exclusiva. La producción artesana nos permite poner mimo y mucho amor en cada una de las orgonitas que realizamos.

Queremos que sean bonitas y decorativas, además de eficaces. Comprobamos con un teslámetro estándar de la CE cada una de nuestras orgonitas, para contrastar su efectividad en la eliminación de la contaminación electromagnética de nuestros espacios vitales.